“La
libertad debe sustentarse en los valores, de lo contrario se convierte en
libertinaje.”
La libertad es la capacidad
para elegir y actuar de acuerdo con nuestras convicciones, en consecuencia,
está íntimamente relacionada con la acción moral. La libertad es una autodeterminación
axiológica, es decir, una persona es libre para actuar en función de sus
valores.
Existen diversos tipos de
libertad:
Ética
o moral. Capacidad para elegir entre el bien o el mal.
Existencial. Disponibilidad
para orientar la existencia.
Física. Se
refiere a la posibilidad corporal de actuar.
Psicológica. Es
la capacidad mental para tomar decisiones sin obstáculos o dependencia, o sea,
la libertad interior.
Cívica
o social. Surge del sistema social vigente. Puede ser política,
religiosa y de expresión.
A su vez, existen factores
que obstaculizan la libertad:
Ignorancia. No
permite la libertad de elección.
Miedo. La
amenaza de un peligro inminente, impide actuar libremente.
Cólera. La
cólera, también llamada ira, al igual que otras pasiones, bloquea la capacidad
de decisión.
Violencia. Ya
sea externa o interna la violencia es una fuerza que limita la libertad.
Dependencia
y adicciones. Cualquier adicción provoca una dependencia
y por consecuencia impide la libertad de
quien la experimenta.
Salud. La
falta de salud física o mental en ocasiones bloquea la capacidad para actuar.
Externos. Los
sistemas sociales, políticos y económicos pueden atentar contra la libertad y
los derechos humanos de los individuos.
Algunos de estos obstáculos
son susceptibles de superarse, siempre que se tengan la voluntad y conciencia
para hacerlo. Por ejemplo, si una persona dispone de libertad física y es prisionera
psicológica por adicciones, apegos o miedos, debe tomar conciencia de esto y
realizar todas las acciones necesarias para superar sus dependencias, lo que
implica voluntad, y la fortaleza, perseverancia y valentía.
Existen dos posturas que
intervienen en el ejercicio de la libertad:
Determinismo. Según
este enfoque, las acciones se hallan determinadas por la sociedad, Dios u otras
fuerzas que son responsables de todo cuanto acontece. El determinismo radical
afirma que la conducta es determinada por factores fuera de control individual,
por tanto, la libertad es limitada.
Existencialismo. Postula
que la existencia es lo más importante, implica un marcado contraste con el
determinismo, ya que el existencialismo parte del supuesto de que la libertad
del individuo es absoluta, es decir, que somos libres para elegir nuestros
valores a través de nuestras preferencias. Jean Paul Sartre, su creador, opina
que las personas no están determinadas por la genética ni por el entorno, sino
que en todo momento son seres libres que pueden hacer realidad sus decisiones. Cualquier
acción implica elegir entre el bien y el mal; la libertad existencial consiste
en orientar nuestra vida.
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