“Si das pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda la vida.”
Lao-Tsé
Organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la ONU e instituciones internacionales con no menor preocupación han comentado: La pobreza, en vez disminuir, está aumentando. México no es de ninguna manera la excepción.
Entre 2008 y 2010 el número de personas en pobreza aumentó 3.2 millones, revela el Coneval; es decir, casi 12 millones de personas se encuentran en pobreza extrema. Los estados donde más aumentó la pobreza entre 2008 y 2010 fueron Veracruz, Guanajuato, Chihuahua, Oaxaca, Baja California.
Para el Banco Mundial, la existencia de la pobreza en medio de la abundancia es el desafío más grande que enfrenta el mundo. La pobreza no ha dejado de crecer en los últimos 30 años y eso indica que, o no estamos haciendo el suficiente esfuerzo para combatirla, o lo que estamos haciendo lo estamos haciendo mal.
La pobreza no solamente está ahí, omnipresente, lacerante y destructiva en todos los sentidos. La pobreza está creciendo, tiene una clara tendencia a la alza. La ONU considera que esta situación es el más grande problema de la humanidad en el presente siglo.
Esta tendencia significa sin duda que en el mediano y largo plazo, que todos perdemos; nos señala, asimismo, la urgencia de analizar a fondo el problema y sus posibles soluciones.
El no hacerlo ha comprometido nuestro presente y el futuro inmediato, el crecimiento de la pobreza ha significado disminución y pérdida de mercados, intranquilidad, inseguridad y la pérdida de la paz.
No se exagera al decir que la mayor amenaza actual para el crecimiento de la economía, el desarrollo y progreso de nuestras comunidades, así como también a la seguridad y la paz internacional y nacional, es precisamente el crecimiento de la pobreza.
Antes de proseguir, es importante definir ¿Qué es la pobreza extrema? Ésta se puede entender como “El no tener recursos suficientes para adquirir el mínimo de nutrientes básicos que requiere el cuerpo humano.”
En tanto ¿Qué es la pobreza? Esta es la clase de pobreza en la que, si bien se recibe el mínimo de nutrientes básicos, no se tiene el ingreso suficiente para vestirse, educarse, tener un techo digno, curarse en la enfermedad y disfrutar de una mínima calidad de vida.
En el combate a la pobreza existen tres grandes niveles:
Nivel 1. Asistencia social. Es, como lo decía Lao-Tsé: “dar el pescado”. Es el primer nivel del combate a la pobreza.
Nivel 2. Promoción humana. Es enseñar a pescar. Es la educación, la capacitación productiva, la formación. Un segundo nivel importante y valioso en el combate a la pobreza.
Nivel 3. Promoción Comunitaria. Es organizar a los pescadores. Es enseñarles a trabajar unidos, a ayudarles los unos a los otros, a ser solidarios: implica también la subsidiariedad; es el tercer nivel en el combate a la pobreza, en este punto coincidimos muchos, la verdadera solución para revertir la tendencia de crecimiento de la pobreza en el mundo.
¿En qué nivel nos encontramos? El combate viable a la pobreza es un trabajo de largo aliento, que no debe sernos ajeno ni indiferente , nos compete a todos; es un camino más allá de las administraciones, que demanda democracia participativa; es una labor que debe trascender sexenios. Transitar del poco reconocido y confortable Nivel 1, y aspirar al Nivel 2 para ascender al ingente Nivel 3, todo ello demanda un gran compromiso, por encima del protagonismo sectario; requiere el desarrollo de una gran conciencia social con todas sus implicaciones en el trabajo , la sociedad y el país; reclama la subsidiariedad que sustente el respeto al derecho de autodeterminación o a la libre determinación de todos y cada uno de los miembros de una estructura social; precisa la solidaridad como efecto de reconocernos en el otro; y obligatoria empatía, que resuma el profundo amor que todos debemos sentir por el ser humano.
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