Mientras
que la responsabilidad por nuestras acciones es una virtud muy general, ser una
persona merecedora de la confianza de los demás es una virtud muy específica. Un
profesional de confianza:
- Es honesto: no engaña, no hace trampa y no roba.
- Es confiable, hace lo que dice y dice lo que hace.
- Tiene el coraje para hacer lo correcto.
- Construye una buena reputación.
- Es leal con su familia, colegas, amigos, país.
- Es competente: tiene los conocimientos y habilidades necesarias para entregar óptimos resultados.
Por
ejemplo, como ingeniero se espera que seas honesto en todas tus diligencias con
clientes, colegas y el público; que no digas medias verdades o engañes a
clientes y otras personas. Segundo, se espera que cumplas tus promesas. Por ejemplo,
si ofreces hacer algo o encontrar información a alguien, estás haciendo una
promesa, y como profesional, es esencial que la cumplas. Si no puedes hacerlo,
entonces necesitarás encontrar una forma de evitar hacerlo sin desacreditar a la profesión o a
ti. Tercero, no debes revelar información confidencial. Debes honrar
consistentemente tus compromisos. Finalmente se espera que domines tu área de
especialidad.
Ser
una persona de confianza es un rasgo de carácter que se considera una virtud en
el lenguaje de la ética. Las virtudes son hábitos que se ven moralmente como
buenos porque predisponen a uno a hacer lo correcto.
Quizás
no es tan aventurado decir que ser un profesional significa ser digno de
confianza.
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