Cada persona es un ser
único, indivisible e irrepetible; tienen identidad propia, posee cuerpo, alma,
sentimientos, conciencia, capacidad creadora, inteligencia y voluntad; con esta capacidades el ser humano puede
transformarse a sí mismo y al mundo que lo rodea, en otras palabras, tiene la capacidad de trascender.
El desarrollo de estas capacidades
y la capacidad de vida se logran mediante el equilibrio de las cuatro
dimensiones básicas que integran a las personas: espiritual, física, afectiva e
intelectual.
Estas cuatro dimensiones
se relacionan con las actitudes y las conductas y consecuentemente con los
valores. De la salud y la armonía de nuestro cuerpo y actitudes depende en gran
parte nuestra felicidad.
“El futuro es una realidad
que se construye, nosotros somos los arquitectos de nuestro destino”
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