martes, 23 de agosto de 2011

TRABAJAR PARA LOGRAR LA REALIZACIÓN PERSONAL


El sistema educativo mexicano requiere de cambios urgentes que respondan a los retos de los entornos del nuevo milenio. El trabajo docente nos brinda la oportunidad de realización personal y enfrentar los retos con una nueva actitud. ¿Te gusta el trabajo que realizas? ¿Estás en el lugar que quieres estar? ¿Estás con la gente que quieres estar? ¿Tienes la libertad de pensar en lo que quieres pensar? ¿Tienes la libertad de  decir lo que quieres decir? ¿Cómo te vez laboralmente en el mediano y largo plazo? ¿Cómo puedo lograr mi realización personal a través del trabajo? Antes de que reflexiones sobre estos cuestionamientos te invito a leer lo siguiente:

El trabajo nos presenta desafíos, oportunidades para alcanzar logros y demostrar integridad, y sensación de fortaleza y capacidad.  Si nuestra satisfacción material, emocional, intelectual y espiritual depende de nuestro trabajo, ¿por qué  deberíamos considerarlo una actividad meramente económica?

Pasamos más de la mitad de nuestra vida adulta en el trabajo. Durante nuestros años de actividad laboral, el trabajo nos ocupa más tiempo que la suma de todas las demás actividades que realizamos en vigilia. Si el tiempo dedicado a trabajar es “tiempo perdido”, “tiempo muerto” o “tiempo inconsciente”, la mayor parte de nuestra vida habrá sido “desperdiciada”, “inactiva” o “inconsciente”. Si desempeñamos nuestra actividad profesional con una actitud pusilánime, la vida se vuelve trivial. Por este motivo es fundamental ir más allá de la idea habitual sobre el trabajo y reconocerlo como un componente esencial de la vida espiritual, como una expresión de magnanimidad humana.

¿Qué clase de entorno laboral hace posible la realización personal? Un entorno en el cual las personas se sientan respetadas, escuchadas, valoradas, apoyadas y dignas de que se les confíe una tarea importante y estimulante, que les permita actuar en alineamiento a sus valores, con autonomía, iniciativa e integridad y al mismo tiempo contribuir al cumplimiento de la misión de la organización. Es lo que el psicólogo Abraham Maslow denomina “trabajo para la realización personal”.

El trabajo para la realización personal trasciende el ego, libera, libera a los individuos de la preocupación exclusiva por sí mismos. Los que trabajan con un objetivo trascendente y honran sus valores a través de una conducta virtuosa logran una trascendencia personal similar a aquello que en “Oriente se denomina “iluminación”, a través de un sendero mucho más en línea con la cultura de Occidente.

¿Qué clase de trabajo promueve la realización personal? En realidad, cualquier clase de trabajo. Lo que importa es la actitud con que se realiza. La realización personal será más fácil de lograr por medio de expresiones de responsabilidad, autonomía e integridad esencial; con una actitud comprometida  con un propósito significativo que va más allá de la satisfacción inmediata de los deseos egoístas y se propone servir a los demás. Esta actitud  no sólo maximiza las oportunidades de lograr el éxito, sino que garantiza “el éxito más allá del éxito”.

“La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, dice la Declaración de la Independencia de nuestro vecino del norte. Vida y libertad son conceptos claros, pero la búsqueda de la felicidad implica una paradoja: la única manera de lograr la felicidad es no buscarla deliberadamente. La felicidad surge como consecuencia de la búsqueda de la integridad y el sentido de la vida. Como destacó Viktor Frankl: “La manera de lograr la felicidad no es procurando ser feliz. La felicidad es la consecuencia inevitable de trabajar por un objetivo más grande que nuestra propia persona”.

Lo mismo ocurre con las ganancias. Para obtenerlas, nada peor que enfocarse en ellas. Las ganancias son la consecuencia de la actitud atenta hacia el cliente, del compromiso de los empleados, del liderazgo consciente y de la orientación al servicio: es decir, de una empresa que desarrolla estrategias exitosas y procesos eficientes apoyados en una infraestructura adecuada. El componente más importante de esa infraestructura es una cultura organizacional saludable, una cultura fundada en la integridad, los valores, la sabiduría, y el amor. Esa clase de cultura no sólo produce extraordinarios resultados en el largo plazo, sino también una felicidad y una plenitud extraordinarias.

La gente que hace lo que le gusta hacer, está condenada al éxito.

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