lunes, 16 de julio de 2012

La libertad y la acción moral


“La libertad debe sustentarse en los valores, de lo contrario se convierte en libertinaje.”


La libertad es la capacidad para elegir y actuar de acuerdo con nuestras convicciones, en consecuencia, está íntimamente relacionada con la acción moral. La libertad es una autodeterminación axiológica, es decir, una persona es libre para actuar en función de sus valores.

Existen diversos tipos de libertad:

Ética o moral. Capacidad para elegir entre el bien o el mal.
Existencial. Disponibilidad para orientar la existencia.
Física. Se refiere a la posibilidad corporal de actuar.
Psicológica. Es la capacidad mental para tomar decisiones sin obstáculos o dependencia, o sea, la libertad interior.
Cívica o social. Surge del sistema social vigente. Puede ser política, religiosa y de expresión.

A su vez, existen factores que obstaculizan la libertad:

Ignorancia. No permite la libertad de elección.
Miedo. La amenaza de un peligro inminente, impide actuar libremente.
Cólera. La cólera, también llamada ira, al igual que otras pasiones, bloquea la capacidad de decisión.
Violencia. Ya sea externa o interna la violencia es una fuerza que limita la libertad.
Dependencia y adicciones. Cualquier adicción provoca una dependencia  y por consecuencia impide la libertad de quien la experimenta.
Salud. La falta de salud física o mental en ocasiones bloquea la capacidad para actuar.
Externos. Los sistemas sociales, políticos y económicos pueden atentar contra la libertad y los derechos humanos de los individuos.
Algunos de estos obstáculos son susceptibles de superarse, siempre que se tengan la voluntad y conciencia para hacerlo. Por ejemplo, si una persona dispone de libertad física y es prisionera psicológica por adicciones, apegos o miedos, debe tomar conciencia de esto y realizar todas las acciones necesarias para superar sus dependencias, lo que implica voluntad, y la fortaleza, perseverancia y valentía.

Existen dos posturas que intervienen en el ejercicio de la libertad:

Determinismo. Según este enfoque, las acciones se hallan determinadas por la sociedad, Dios u otras fuerzas que son responsables de todo cuanto acontece. El determinismo radical afirma que la conducta es determinada por factores fuera de control individual, por tanto, la libertad es limitada.
Existencialismo. Postula que la existencia es lo más importante, implica un marcado contraste con el determinismo, ya que el existencialismo parte del supuesto de que la libertad del individuo es absoluta, es decir, que somos libres para elegir nuestros valores a través de nuestras preferencias. Jean Paul Sartre, su creador, opina que las personas no están determinadas por la genética ni por el entorno, sino que en todo momento son seres libres que pueden hacer realidad sus decisiones. Cualquier acción implica elegir entre el bien y el mal; la libertad existencial consiste en orientar nuestra vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario